Los investigadores que analizan registros fósiles de 200 millones de años, llegaron a la conclusión que algunas “lineas” de seres vivos no necesitan un cataclismo para desaparecer, parecen destinadas a la extinción. Algunas veces todo depende de ser miembro de la familia correcta.
La larga y variada historia de la vida en la Tierra esta plagada de extinciones. Podemos señalar el final de una especie determinada, de una generación o incluso de una familia de seres vivos. Algunas veces la extinción llega de repente y de forma masiva, como la catástrofe ocurrida hace 65 millones de años al final del Cretáceo. O pueden ocurrir como en la actualidad, donde las especies van perdiendo sus hábitats y su existencia se va desvaneciendo en silencio.
Los biólogos especializados en evolución han estado estudiando este fenómeno durante mas de un siglo, pero parecen haber dejado una tercera hipótesis sobre el escenario de la extinción casi completamente inexplorada.
Eso es lo que los biólogos evolutivos Kaustuv Roy de la Universidad de California, San Diego, Gene Hunt de la Smithsonian Institution en Washington, DC, y David Jablonski de la Universidad de Chicago en Illinois decidieron explorar.
Examinaron las tasas de extinción de los bivalvos marinos (incluyendo almejas, ostras,mejillones y vieiras) cuyas conchas compuestas por depósitos de carbonato de calcio los hacen ideales para su conservación.
Utilizando una base de datos mundial que incluye las relaciones evolutivas y un registro fósil de 1678 tipos de bivalvos que abarcan aproximadamente 200 millones de años, los investigadores encontraron una estrecha relación entre la desaparición de algunos géneros y sus parientes genéticos mas cercanos.
Sus estudios concluyen que esta correlación no puede haber sido al azar, por lo que determinadas categorías de seres vivos deben contener los rasgos genéticos que los hacen mas vulnerables a la extinción.
Quizás aún más sorprendente, los investigadores encontraron que el evento del Cretáceo no afectó mucho a largo plazo las tasas de extinción de las familias de bivalvos. Solo extinguió tres familias, redujo el numero de ejemplares de otras dos y la familia restante quedo básicamente intacta.
"Nuestra hipótesis inicial era que la intensidad de la extinción no era aleatoria en relación a la historia evolutiva" dice Jablonski.
“Las conclusiones tienen especial relevancia para los esfuerzos actuales en conservación”, dice Kaustuv Roy . "En la crisis actual de extinción", dice, "es evidente que no seremos capaces de salvar todas las especies que se ven afectadas por las actividades humanas. Por lo tanto, un objetivo de mayor importancia sería diseñar estrategias para preservar los géneros y familias, aun perdiendo algunas especies. De este modo, teóricamente, estamos protegiendo el potencial de estos géneros para luego diversificar nuevamente en el futuro".
Charles Marshall, biólogo evolutivo de la Universidad de Harvard, asegura que este es un papel muy importante, "no sólo cuantificar la relación entre la vinculación genética y la tasa de extinción", sino que también pone de manifiesto "la importancia del registro fósil como máquina del tiempo de la evolución".Marshall añade que "Sólo analizando el pasado, obtenemos una muestra directa de las normas con las que ha trabajado y continuará trabajando la evolución".
Fuente: ScienceMag
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